La modificación conductual se basa en principios Pavlovianos en la cual el comportamiento se puede educar y modificar de acuerdo a las experiencias, a partir de recompensas y castigos.

De forma práctica en los niños orientamos a los padres para inicialmente concientizar y medir los comportamientos indeseables de sus hijos y se les instruye para que establezcan conductas científicamente probadas para reducirlos y mejorar el establecimiento de límites y normas que fomenten una sana convivencia familiar. El mismo procedimiento lo establecemos con los maestros, educadores o cuidadores.

En niños mayores y adolescentes se establecen acuerdos y se utiliza la inteligencia y el aprendizaje de las experiencias para mejorar la tolerancia a la frustración y la adaptación a su núcleo social.